Aspace Difon

MAESTRAS Y MAESTROS DE EDUCACIÓN ESPECIAL

Cuando pensamos en la figura de la maestra y el maestro, evocamos nuestra propia historia y recordamos a algún maestro que nos ayudó a crecer y a aprender con paciencia, empatía y respeto. Un buen maestro deja impronta en el alumno y también en su familia, porque les acoge y les acompaña en el proceso de desarrollo y crecimiento de sus hijos.

En la escuela de Aspace concebimos a los alumnos de una manera global, y vivimos el día a día con ellos como un reto ilusionante que nos motiva a ser flexibles, creativas y a reinventarnos para adaptarnos a las necesidades emocionales, de aprendizaje y de salud que todos ellos presentan.

A lo largo de los años, hemos aprendido muchos idiomas: el propio lenguaje que cada niño y niña tiene. Parte de nuestro alumnado tiene graves dificultades comunicativas, es por ello que les escuchamos de manera activa, percibiendo e interpretando con una mirada sus sentimientos, sus emociones, sus dificultades, sus angustias y también sus avances y sus victorias.

Uno de nuestros secretos es la paciencia y el positivismo, para descubrir el potencial de cada niño y niña de la escuela. Les transmitimos que con esfuerzo y paciencia podremos conseguir entre todos pequeños o grandes progresos que les ayudarán a crecer y los harán felices. Para nosotras, la educación es un proceso integral que parte de la realidad del alumno y se fundamenta en los siguientes pilares:

  • Enseñar a ser: desarrollar el propio yo a partir de las necesidades tempranas, a través de la experimentación, el descubrimiento del propio cuerpo y la relación con el otro a partir de los vínculos emocionales y afectivos.
  • Enseñar a sentir: ayudarles a ser capaces de identificar y reconocer sus estados emocionales y sus emociones. Que las puedan regular y las puedan expresar de manera adecuada.
  • Enseñar a conocer: ayudar a nuestros alumnos a descubrir y comprender el mundo que nos rodea.
  • Enseñar a hacer: acompañarles en los aprendizajes instrumentales y el descubrimiento del entorno favoreciendo experiencias vivenciales, la exploración, la manipulación y la creación.
  • Enseñar a convivir: llegar a desarrollar la competencia social, basándonos en el respeto, la armonía, la solidaridad y la empatía.

Las maestras de nuestra escuela, igual que los maestros de todo el mundo, tenemos el objetivo de desarrollar en nuestro alumnado competencias cognitivas y aprendizajes funcionales que los hagan ser lo más autónomos posible. En nuestro caso concreto, nos encontramos con niños y niñas, chicos y chicas, con unas necesidades especiales que hace que nuestra manera de enseñar sea, si eso es posible, más innovadora, flexible y respetuosa con la persona y con sus circunstancias.

Las rutinas diarias, los aprendizajes vivenciales, las actividades motivadoras y las metodologías variadas son las herramientas básicas que tenemos para conseguir los objetivos que nos hemos marcado para cada uno de nuestros alumnos. Cada aprendizaje logrado, cada reto conquistado y, en definitiva, cada gran o pequeño avance es un triunfo de ellos que nos enorgullece y nos hace feliz a nosotras.

Los procesos de aprendizaje que nacen en la escuela, continúan en cada una de las casas de nuestros niños y jóvenes, por eso es tan importante formar equipo con las familias, respetándolas y transmitiéndoles empatía, así como dándoles soluciones y apoyo cuando lo requieren.

Autor
P. Hernández, A.R. Martínez, M. Sala - Maestras

Escola de Educación Especial Aspace

Categoría:
Educación

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