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LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL

Los problemas de conducta en personas con discapacidad intelectual (DI) son frecuentes y generan bastante malestar en las familias y entornos que los sufren.  Se calcula que hasta el 60% de las personas con DI pueden presentar problemas de conducta. Cuando hablamos de problemas de conducta, nos referimos a: autolesiones, agresiones a otros, no respetar las normas, robar, romper, desgarrar, destruir, buscar pelea, gritar, ofender, mentir, manipular...entre otros. Estos problemas tienen que tener una intensidad, frecuencia y duración que pueda comprometer la integridad de la propia persona o de los otros, o bien limitar las actividades de la persona o restringir significativamente su participación dentro de la comunidad.

Pueden tener varias causas:

  • Pueden ser un síntoma de un trastorno psiquiátrico, donde sería necesario realizar una evaluación psicológica y psiquiátrica adecuada para determinar el diagnóstico. Por ejemplo, si una persona con DI agrede a los otros, grita, rompe cosas, etc. se debería valorar y determinar si podría estar sufriendo un brote psicótico o, si bien, se podría tratar de un cuadro depresivo.
  • También puede pasar que la persona con DI tenga algún problema médico (como, por ejemplo, dolor de muelas, dolor de cabeza, etc.) y que su manera de expresar este malestar sea a través de conductas disruptivas.
  • Las personas con DI, en ocasiones, nos pueden expresar angustia o sufrimiento por algún acontecimiento en su entorno (como por ejemplo, algún cambio en la rutina) a través de conductas auto y *hetero-agresivas. En personas con una DI grave, la autolesión puede representar una forma de autoestimulación.
  • Los problemas conductuales también pueden representar una característica del fenotipo de algunos síndromes genéticos que cursan con DI. Es decir, una conducta disruptiva puede ser una característica típica de un síndrome.

Una vez identificada la causa del problema de comportamiento, podemos establecer diferentes estrategias que nos ayuden a prevenir estas situaciones:

  • Una de las más utilizadas es la adaptación del entorno, para crear un ambiente adaptado a las necesidades, intereses y capacidades de la persona con DI; que los ayude a planificar el espacio y el tiempo; a anticipar; que favorezca la comunicación y que fomente su autonomía. También es importante identificar los indicadores o estímulos que puedan provocar las conductas problemáticas para retirarlos.
  • También hay que trabajar el flujo de información a través de diferentes sentidos. En ocasiones, nos puede resultar útil reforzar el mensaje que verbalizamos con estímulos visuales (pictogramas, dibujos, etc.), así como con experiencias táctiles o propioceptivas, creando una situación comunicativa a través de experiencias corporales sencillas.
  • Finalmente, es necesario ayudar a la persona con DI a elaborar estrategias relacionadas con la identificación de las emociones y sus consecuencias en las diversas situaciones sociales, así como a reconocer los indicadores o señales de alerta que avisan de la aparición de un problema. Es importante hacer incidencia en la importancia de expresar las emociones que sentimos, en la capacidad de empatía respecto el otro, en comprender las normas socialmente aceptadas y las relaciones interpersonales y emocionales, para favorecer una mejor comprensión y poder dar una respuesta ajustada a la interacción con su entorno. Un ejemplo de actividad de este tipo podría ser utilizar historietas o secuencias para ilustrar las consecuencias de diferentes conductas inadecuadas y las emociones que resultan de estas acciones.

En conclusión, los problemas de conducta pueden mejorar con atención psicológica y, dependiendo del caso, con tratamiento farmacológico, siempre en continuada revisión para poder ajustarlo en función de la evolución. Cuando nos encontramos con una persona con DI que presenta problemas de conducta, es necesario poder realizar un diagnóstico psiquiátrico y psicológico cuidadoso que nos ayude a entender su causa y/u origen. Así podemos establecer un conjunto de pautas o estrategias a seguir para ayudar en la persona y a su entorno a conseguir una buena calidad de vida.

Autor
Equipo de Psiquiatría y Psicología de Atención Ambulatoria

Unidad Polivalente Aspace (UPA)

Categoría:
Salud mental

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